Alexander Gabishev echó a andar en marzo de este año con destino Moscú desde su Yakutia natal (este de Rusia). Autoproclamado “chamán guerrero”, este siberiano de 51 años tiene como objetivo alcanzar la capital para exorcizar al “demoníaco” presidente ruso, Vladímir Putin. Había recorrido a pie casi 3.000 kilómetros, un poco menos de la mitad del camino, sumando a decenas de seguidores a su caravana cuando el jueves, durante la noche fue detenido en el campamento donde hacía noche en Buriatia. Ahora, las autoridades rusas, cada vez más inquietas hacia cualquier forma de protesta, investigan por extremismo al chamán, que se ha convertido en una celebridad en las redes sociales.